Dr. Antonio Matamoros

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Todos hacen deportes, pero pocos cuidan su nariz

La nariz juega un papel importante en el rendimiento deportivo: un deportista profesional puede llegar a inhalar 40.000 litros de aire al día.

 

Por lo tanto, al practicar deporte es crucial que el órgano nasal esté en perfectas condiciones fisiológicas para poder satisfacer el incremento de la demanda de oxígeno y evitar consecuencias negativas en el rendimiento y en la calidad de vida.

 

Las fosas nasales filtran, limpian, humidifican y calientan el aire inspirado para que llegue en óptimas condiciones hasta los pulmones y juegan un papel inmunológico importante, actuando como barrera para posibles infecciones.

Cuando hay una obstrucción nasal, se respira más por la boca, disminuyendo la oxigenación celular, aumentando la frecuencia cardíaca y aumentando la frecuencia respiratoria.

La dificultad en la respiración tiene consecuencias negativas en las personas que practican deporte habitualmente: bajo rendimiento, falta de concentración, cansancio al día siguiente de la práctica deportiva, hasta ausencia en los entrenamientos.

Incluso con el tiempo pueden desarrollar otras patologías como hipertensión arterial y arritmias.

 

Un aire mal filtrado por las fosas nasales es un aire frío, sucio, seco, que puede provocar faringitis, laringitis, bronquitis, disfonías y tos. Una obstrucción nasal puede ocasionar ronquidos y alteraciones del sueño, presentando un sueño poco reparador y provocando irritabilidad, depresión, cansancio, fatiga, incluso disfunciones sexuales.

También se pueden observar resfriados frecuentes que no acaban de curarse nunca y que se complican a menudo con taponamiento ótico, sinusitis y cefaleas siendo frecuente el deterioro progresivo del olfato.

 

Muchos deportistas están acostumbrados a respirar mal, sin ser conscientes de ello.

 

En el Centro de Otorrinolaringología del Dr. Antonio Matamoros, realizamos diagnósticos precisos y tratamientos personalizados para una nueva oportunidad de vida.