Dr. Antonio Matamoros

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Llega el invierno: evite la infección de oídos

Llega la época de cambio de clima: calor, lluvia y humedad que ayuda a propagar los virus como el de la gripe, que de no ser curada puede tornarse en una infección.

FACTORES DE RIESGO

Algunos de los factores de riesgo para las infecciones del oído son:

·      La edad. Los niños entre las edades de 6 meses y 2 años son más susceptibles a las infecciones de oído debido al tamaño y la forma de sus trompas de Eustaquio y porque su sistema inmunitario aún está en desarrollo.

·      Cuidado infantil en grupo. Los niños cuidados en grupo tienen más probabilidades de contraer resfríos e infecciones de oído que los niños que permanecen en casa. Los niños en entornos grupales están expuestos a más infecciones, como el resfrío común.

·      Alimentación del lactante. Los lactantes que beben del biberón, especialmente cuando están acostados, tienden a tener más infecciones de oído que los bebés que son amamantados.

·      Factores estacionales. Las infecciones de oído son más comunes durante épocas de cambio de temperatura.

·      Mala calidad del aire. La exposición al humo de tabaco o a altos niveles de contaminación del aire puede aumentar el riesgo de padecer infecciones de oído.

·      Hendidura del paladar. Las diferencias en la estructura ósea y los músculos de los niños con hendidura del paladar pueden dificultar el drenaje de la trompa de Eustaquio.

 

COMPLICACIONES

Las infecciones de oído que se producen una y otra vez pueden llevar a complicaciones graves:

·      Deterioro de la audición. Las infecciones de oído que se producen una y otra vez, o el líquido en el oído medio, pueden llevar a una pérdida de la audición cada vez más significativa. Si hay algún daño permanente en el tímpano u otras estructuras del oído medio, puede haber pérdida permanente de la audición.

·      Retrasos en el habla o en el desarrollo. Si la audición se ve afectada de manera temporal o permanente en lactantes y niños pequeños, estos pueden experimentar retrasos en el habla, en las habilidades sociales y en el desarrollo.

·      Propagación de la infección. Las infecciones no tratadas o que no responden bien al tratamiento pueden propagarse a los tejidos cercanos.

La infección del mastoideo, la protuberancia ósea detrás de la oreja, se conoce como mastoiditis. Esta infección puede resultar en daño al hueso y la formación de quistes llenos de pus. En raras ocasiones, las infecciones graves del oído medio se propagan a otros tejidos del cráneo, incluso el cerebro o las membranas que lo rodean (meningitis).

·      Desgarro del tímpano. La mayoría de los desgarros del tímpano sanan dentro de las 72 horas. En algunos casos, se necesita una reparación quirúrgica.

 

PREVENCIÓN

Los siguientes consejos pueden ayudarte a reducir el riesgo de tener infecciones en el oído:

 

·      Lavarse las manos con frecuencia y a conciencia

·      No compartir los utensilios para comer y beber

·      Toser o estornudar tapando siempre la boca con un pañuelo desechable

·      Si es posible, limite el tiempo que su hijo pasa en centros de cuidado infantil

·      No llevar a su hijo a la guardería o la escuela cuando esté enfermo

·      Evitar el tabaquismo pasivo. Buscar en lo posible ambientes libres de humo.

·      Amamantar al bebé. De ser posible, dele de mamar a su bebé durante al menos seis meses. La leche materna contiene anticuerpos que pueden proteger al bebé de las infecciones en el oído.

·      Si alimenta a su bebé con biberón, sostenerlo en posición vertical. No le dé el biberón cuando esté acostado. No ponga biberones en la cuna junto al bebé.

Consulte con su pediatra cuáles vacunas son apropiadas para su hijo. Las vacunas estacionales contra la gripe, el neumococo y otras bacterias pueden prevenir las infecciones en el oído.

Recuerde que en nuestro Instituto de Otorrinolaringología estamos para apoyar con los diagnósticos y tratamientos necesarios y brindar una nueva oportunidad para usted y su familia.